Entrevista a Vilma Ibarra, diputada de Nuevo Encuentro

El vergonzoso desenlace protagonizado por la diputada y titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Graciela Camaño, en el debate por el Presupuesto 2011 y las vacías denuncias de corrupción estratégicamente lanzadas frente a las cámaras de televisión que protagonizaron las diputadas Elisa Carrió, Cynthia Hotton (Valores para mi País) y Elsa Álvarez (UCR) parecen funcionar como un acertado epílogo para un año legislativo más bien pobre.

Por F. Y.

Así lo entiende la diputada Vilma Ibarra de Nuevo Encuentro Popular y Solidario, de larga trayectoria en ambas cámaras del Parlamento.

“Este fue uno de los peores años parlamentarios que tuvo la Argentina”, aunque también “fue, por ejemplo, un año en que sentí que había una ley que conectaba con la sociedad, que abría un debate vinculado a los Derechos Humanos, al tema de la discriminación y la igualdad, como fue la del matrimonio igualitario. Creo que fue la ley mejor debatida en la Cámara de Diputados, fue un debate de cara a la sociedad, en el que toda la sociedad participó.”

−¿Es lo único que rescata?

−Salvo esa excepción, lo único que hubo fue un debate aislado de la sociedad. Todo se limitó a si DNU sí o DNU no, para el pago con reservas, si sentamos el quórum o no lo sentamos, si la agenda la ponemos nosotros o la ponen otros.

−¿Qué papel jugó la oposición?

−La oposición se ponía de acuerdo sólo para impedir que el oficialismo sacara una ley, pero no podían ponerse de acuerdo para lograr la propia ley. Lo que terminó pasando este año es que todo lo que había prometido el Grupo A no terminó convirtiéndose en ley, y este Congreso, que era “el nuevo Congreso” del Grupo A, que iba a manejar la oposición porque tenía mayoría, terminó simbólicamente con un acto de violencia, con un brutal cachetazo, muestra de la impotencia de no poder resolver el conflicto con la política.

−¿Cómo evalúa todo lo sucedido en el debate por el Presupuesto?

−Lo primero que hay que tener en cuenta es que el día en que se estaba discutiendo el Presupuesto, aquellos que se oponían a su aprobación perdían la votación, y todo lo que vino después fue una maniobra elaborada para frenar ese día la votación, porque la perdían.

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