Los festejos por el Día de la Soberanía

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La presidenta Cristina Fernández inaugurará mañana el monumento –obra del artista Rogelio Polesello– que conmemora la batalla en la que 2300 hombres se enfrentaron a la flota anglo-francesa, el 20 de noviembre de 1845.

Por Natalia Paez

El rosario de cadenas que se levanta en medio del paisaje ribereño tiene 850 eslabones de hierro color óxido. Un tono que simboliza el paso del tiempo y retrotrae a aquella batalla de 1845 en la que 2300 hombres se enfrentaron a una flota anglo-francesa (muy superior en hombres y recursos) en ese rincón del Paraná conocido como Vuelta de Obligado. A un costado, se alza la figura de Juan Manuel de Rosas, recortada en rojo punzó.

Mañana, a 18 kilómetros de San Pedro, en el lugar donde ocurrió aquella contienda, la presidenta Cristina Fernández dejará formalmente inaugurado el monolito que el artista Rogelio Polesello creó para recordar esa victoria. Tiene 15 metros de diámetro y 4 de altura. Por entre los eslabones, circulará el agua, para que quien lo vea recuerde que unos hombres dieron la vida por la soberanía.

Será sólo una de las actividades de la jornada de mañana, que desde este año será conmemorada con un nuevo feriado nacional. El 20 de noviembre de 1845, la Vuelta de Obligado fue un hecho fundante para la identidad nacional. Es por eso que en este, el año del Bicentenario, se rememora y recuerda la gesta en que la Confederación, liderada por Juan Manuel de Rosas, defendió la soberanía frente a una flota extranjera que intentaba incursionar por los ríos del Litoral.

“A la presidenta le gustó mucho la maqueta que presenté y me sugirió algunos cambios, como la incorporación del color rojo de la estrella federal”, dijo Polesello a Tiempo Argentino.

La celebración incluirá la presentación de un circuito turístico que tendrá como punto principal el Museo de la Batalla de la Vuelta de Obligado, donde se expondrán objetos de la contienda militar que, a 165 años de ocurrida, los arqueólogos que trabajan en San Pedro todavía siguen hallando en el lugar. Un nuevo cartel indica en el lugar que se está en el “Parque Histórico Natural. Cuna de la Soberanía Nacional”. Los terrenos donde se libró la batalla eran propiedad de la familia Obligado, parientes del poeta Rafael Obligado.

El camino, con subidas y bajadas, lleva también al sitio donde se instaló una de las cuatro baterías con las que las fuerzas del general Lucio N. Mansilla, cuñado de Rosas, enfrentaron a los invasores. “Mi tío aparece: era un hombre alto, rubio, blanco, semipálido, combinación de sangre y de bilis, un cuasi adiposo napoleónico, de gran talla, de frente perpendicular, amplia, rasa como una plancha de mármol fría, lo mismo que sus concepciones; de cejas no muy guarnecidas; poco arqueadas, de movilidad difícil”, describió magistralmente a Rosas su sobrino, Lucio V. Mansilla, hijo de aquel general.

Después de 165 años y a partir de mañana, será la controvertida figura del Restaurador, Juan Manuel de Rosas, pero desde los ojos de Polesello, la que se asome a la ribera sampedrina.

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