Homenaje de la política y la cultura al ex presidente

Por primera vez, el secretario de Legal y Técnica habló del titular del PJ ante actores, dirigentes y militantes. Exhortación de Alicia K.

Por Martín Piqué

Cuando le tocó hablar al secretario de Legal y Técnica Carlos Zannini, ya se habían escuchado palabras bastante inspiradas, y la emoción había atravesado la pequeña sala del teatro ND Ateneo despertando silencios y aplausos. Pero cuando el actor Daniel Araóz anunció que “el Chino” subiría al escenario para contar alguna experiencia compartida con Néstor Kirchner, en las primeras butacas se notaron movimientos silenciosos. Hubo inclinaciones hacia delante, gestos de aliento apenas visibles. Eran los movimientos de quienes se preparan para escuchar algo conmovedor. Y Zannini, que enseguida aclaró que estaba en horario de trabajo y que tenía que regresar a la Casa Rosada para llevarle a la presidenta “la firma”, conmovió de inmediato a todos los presentes. “Quiero empezar por decirles que nunca hubiera querido hacer este homenaje”, dijo con la voz quebrada.

El discurso de Zannini, el número tres del gobierno desde 2003, fue uno de los puntos más emotivos del “Homenaje de la Política y la Cultura” a Néstor Kirchner que organizó el publicista y ex secretario de Medios, Enrique Albistur. Con el afiche del abrazo de Néstor y Cristina (que circuló largamente por las calles) como única decoración del escenario, el acto convocó a funcionarios, artistas, músicos, personalidades de los Derechos Humanos, hijos de desaparecidos, militantes del peronismo y de otras fuerzas políticas afines al oficialismo. Además de Zannini, por el escenario pasaron la ministra Alicia Kirchner, hermana del ex presidente y encargada de las últimas palabras; el senador Daniel Filmus; el legislador porteño Juan Cabandié; el jefe del bloque kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi. También varias figuras de la cultura, como el conductor de radio Alejandro Dolina, los actores Arturo Bonín y Juan Palomino y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

Tras imágenes proyectadas en pantalla gigante, el recitado de poemas escritos por el peruano Nicomedes Santa Cruz y el desaparecido Joaquín Areta, el homenaje derivó en una emotiva sucesión de canciones a cargo de Teresa Parodi, el rockero Fena Della Maggiora y Adriana Varela. La tanguera no se privó de improvisar un desagravio a Carlos Kunkel, presente en la sala, a quien le dijo que iba a curar del golpe de Graciela Camaño con un beso en la mejilla. Y la Varela cumplió. Luego llegaron los discursos, llenos de emoción pero también reflexivos, que combinaron advertencias sobre la coyuntura política con la revelación de anécdotas.

Con la voz entrecortada por la emoción y algo urgido por sus compromisos de gestión, Zannini pidió a los presentes que no se olvidaran de que Kirchner había sido sobre todo “un hombre común que se había hecho cargo de sus responsabilidades”. “Quiero advertirles que es posible que quieran utilizar la figura de Néstor en contra nuestro. Lo van a querer hacer tan grande para que, por contraste, Cristina no exista. Por eso debemos recordar que Néstor era un tipo común, como nosotros. Era un gran derrotador de zonceras”, dijo.

Alicia Kirchner dedicó sus palabras a contar algunas historias no tan conocidas. “Néstor ha sido siempre un transgresor, siempre abrió caminos. Y juntos vivimos muchas cosas. Les voy a contar algo que nadie sabe. Ya desde chiquitos, él siempre era el que ahorraba, tenía esa mentalidad de organización. Y yo, a los 13 años, me quería poner los zapatos de taco alto. Esos zapatos me los compró Néstor, con sus ahorros”, contó Alicia con una sonrisa fugaz. “Si estuviera acá, después de esto que conté, me felicitaría por ponerle humor. Él siempre me retaba porque era muy seria para hablar, me decía que le pusiera humor”, confió.

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