Si bien lo adelantó la presidenta Cristina Fernández durante su primera aparición pública tras la operación de tiroides, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) anunciará formalmente mañana un descenso en la tasa de desempleo que se ubica en un 6,7% para el último cuatrimestre del año, el mejor nivel de los últimos 20 años.
En su última edición, la Encuesta Permamente de Hogares había arrojado que la Población Económicamente Activa, esto es, personas en capacidad de trabajar, era cercana a los 11.730.000 ciudadanos. Tomando como base ese total, la tasa de desempleo anunciada por la presidenta equivale –en números absolutos– a que 785.910 personas se encuentran fuera del mercado laboral. Se trata del mejor registro histórico desde el año 1992, cuando la tasa de desempleo se ubicaba en un 7 por ciento.
“Por primera vez perforamos el piso del 7 por ciento. La marca menor que habíamos tenido fue del 7,2, en el tercer trimestre de 2011”, dijo Fernández en un acto en la sede del Ejecutivo.
No obstante, la mejora a nivel nacional no está exenta de heterogeneidades regionales. En tal sentido, la ciudad de Formosa, Gran Resistencia y Posadas presentaron niveles que tienden al pleno empleo. Por el contrario, los niveles más alto de paro se registran en Salta, Gran Paraná, Mar del Plata, Gran Catamarca y Gran Buenos Aires.
Asimismo, las mejoras en la tasa de ocupación están acompañadas de un alto nivel de trabajo no registrado, que si bien descendió gradualmente en los últimos ocho años todavía afecta a cerca del 33% de los asalariados. Como consecuencia de ellos, miles de trabajadores se encuentran fuera de cualquier convenio colectivo de trabajo, no reciben aportes jubilatorios ni gozan de los beneficios de las obras sociales.
En lo que respecta a la tasa de registro laboral, también existen marcadas diferencias según la región y el tipo de actividad. En tal sentido, el peor escenario laboral se encuentra en el norte del país. Según datos oficiales, en el noreste el 41,5% de la fuerza laboral esta fuera del sistema formal y en el noroeste desciende levemente al 40,8%. En tanto, en la región de Cuyo el nivel de trabajo no registrado es del 36%, mientras que en el Gran Buenos Aires del 34,3 por ciento. Dentro de las actividades con mayor informalidad se encuentran aquellas vinculadas al ámbito agrícola. En diciembre pasado fue sancionado un nuevo Estatuto del Peón Rural en remplazo de la legislación proveniente de la última dictadura militar, con la expectativa de mejorar el nivel de control sobre las relaciones laborales en el agro.
“Por primera vez perforamos el piso del 7 por ciento. La marca menor que habíamos tenido fue del 7,2, en el tercer trimestre de 2011”, dijo Fernández en un acto en la sede del Ejecutivo.
No obstante, la mejora a nivel nacional no está exenta de heterogeneidades regionales. En tal sentido, la ciudad de Formosa, Gran Resistencia y Posadas presentaron niveles que tienden al pleno empleo. Por el contrario, los niveles más alto de paro se registran en Salta, Gran Paraná, Mar del Plata, Gran Catamarca y Gran Buenos Aires.
Asimismo, las mejoras en la tasa de ocupación están acompañadas de un alto nivel de trabajo no registrado, que si bien descendió gradualmente en los últimos ocho años todavía afecta a cerca del 33% de los asalariados. Como consecuencia de ellos, miles de trabajadores se encuentran fuera de cualquier convenio colectivo de trabajo, no reciben aportes jubilatorios ni gozan de los beneficios de las obras sociales.
En lo que respecta a la tasa de registro laboral, también existen marcadas diferencias según la región y el tipo de actividad. En tal sentido, el peor escenario laboral se encuentra en el norte del país. Según datos oficiales, en el noreste el 41,5% de la fuerza laboral esta fuera del sistema formal y en el noroeste desciende levemente al 40,8%. En tanto, en la región de Cuyo el nivel de trabajo no registrado es del 36%, mientras que en el Gran Buenos Aires del 34,3 por ciento. Dentro de las actividades con mayor informalidad se encuentran aquellas vinculadas al ámbito agrícola. En diciembre pasado fue sancionado un nuevo Estatuto del Peón Rural en remplazo de la legislación proveniente de la última dictadura militar, con la expectativa de mejorar el nivel de control sobre las relaciones laborales en el agro.
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