En el parlamento la oposición fracasó en su intento de imponer la mayoría de los temas incluídos en la denominada agenda social y política que había impulsado en diciembre de 2009 tras quedarse con la mayoría en las comisiones claves de ambas cámaras.
Si bien se había propuesto aprobar una amplia agenda que incluía varios proyectos de contenido social, las diferencias internas en el conglomerado opositor y el ajustado número que consiguieron no alcanzó para avanzar en gran parte de los temas planteados.
Sin embargo, el arco opositor sólo logró aprobar en las dos cámaras el proyecto para establecer el 82 por ciento móvil en las jubilaciones mínimas y, en la última semana, avanzó en Diputados con la reforma a la estructura del INDEC, otro de los temas claves de la agenda de los bloques no kirchneristas.
Pero, el mayor fracaso del arco opositor de los últimos meses se produjo en el Senado el miércoles pasado cuando la cámara alta rechazó los cambios impulsados por ese espacio para modificar el Consejo de la Magistratura, una de las banderas más emblemáticas de la oposición, al igual que la nueva reglamentación de los DNU.
"No nos hemos podido poner de acuerdo y fuimos incapaces de sacar temas en los que, mayoritariamente, estábamos de acuerdo.
Estuvimos tres meses discutiendo cuestiones reglamentarias", se sinceró un diputado de ese mismo espacio.
En un tono crítico, un legislador oficialista evaluó que el arco opositor "terminó mal el año. Al final, el 2010 pasó sin pena ni gloria para ellos: apenas pudieron aprobar un par de cuestiones y mostraron que tienen tantas diferencias que el llamado Grupo A quedó totalmente desintegrado en el último mes. No existe más".
En el Senado, el preciado número de 37 legisladores -necesarios para alcanzar el quórum- sólo se obtuvo en diciembre de 2009 cuando se distribuyeron las presidencias y la integración de las comisiones de la cámara alta.
En esa oportunidad, el arco opositor se quedó con la mayoría en todas las comisiones y avaló que el oficialismo mantenga la presidencia de las más importantes como Asuntos Constitucionales, Presupuesto, Relaciones Exteriores y Defensa de la cámara alta.
A diferencia de Diputados, la oposición del Senado estuvo conformada por el radicalismo, el Peronismo, el Socialismo, la Coalición Cívica y algunos partidos provinciales pero no contó con referentes de centroizquierda que puedan colaborar a la hora de reunir el quórum.
Sin embargo, con el correr del año parlamentario se produjeron algunos cambios en la conformación de los diferentes grupos parlamentarios como el caso de la santafesina Rosana Latorre que se acercó al oficialismo y la formoseña Adriana Bortolozzi de Bogado que hizo el camino inverso.
En Diputados, en tanto, la oposición había logrado su primer triunfo a principios de diciembre cuando alcanzó 144 legisladores y se quedó con la mayoría en las comisiones, en la agitada sesión realizada el 3 de diciembre de 2009.
En torno a la distribución de los cargos, el oficialismo de la cámara baja pudo mantener la presidencia de las comisiones de control como Presupuesto, Juicio Político y Peticiones, Poderes y Reglamento, así como la presidencia y vicepresidencia segunda de la cámara baja.
A comienzos de este período parlamentario, en marzo, el arco opositor tenía todavía fuerza propia y logró reunir quórum propio para declarar nulo el decreto 2010 que creó el Fondo del Bicentenario aunque después de haber fracasado en ese intento en una sesión anterior.
Más adelante, obtuvo un importante triunfo cuando volvió a juntar nuevamente un ajustado quórum para darle media sanción al proyecto opositor para establecer el 82 por ciento móvil y lo envió al Senado para la aprobación definitiva de esa iniciativa, que después debió ser vetada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, y a lo largo del año, se le hizo cada vez más dificil volver a reunir los cerca de 140 legisladores con los que contaba en un principio ese espacio y la fuerza inicial que tuvo el conglomerado opositor se fue diluyendo, ya sea por internas partidarias como por la proximidad de las elecciones del 2011.
Sólo volvió a tener quórum propio, luego de varios intentos fallidos, en octubre pasado, cuando logró sentar nuevamente en el recinto a los legisladores del arco no oficialista para avanzar en un proyecto de la Coalición Cívica que buscaba modificar las deducciones del impuesto a las ganancias pero no pudo mantener a sus diputados sentados a la hora de votar la iniciativa.
Más adelante, la postura de las diferentes fuerzas opositoras frente al debate del Presupuesto 2011 fue clave para profundizar la dispersión del Grupo A, que se dividió entre quienes planteaban la necesidad de no dejar al gobierno sin esa herramienta institucional y aquellos que impulsaban realizar cambios de fondo a la iniciativa.
De hecho, esas diferencias se plasmaron en los dos dictámenes de minoría que se firmaron en el seno de la comisión de Presupuesto, en la que el oficialismo logró imponer el despacho del Poder Ejecutivo, que se trató en el recinto pero que, a instancias de la oposición, no pudo ser aprobado y fue devuelto a comisión.
Las denuncias de Elisa Carrió en pleno recinto sobre un acuerdo entre el radicalismo y el oficialismo para aprobar el Presupuesto 2011, parecieron precipitar la ruptura en el denominado Grupo A, que volvió a reunir un ajustado quórum el miércoles pasado pero sólo pudo avanzar en la reforma del INDEC.
A lo largo del año, sólo obtuvo media sanción en Diputados en otras iniciativas como la reforma de la conformación del Consejo de la Magistratura, la modificación del régimen de Decretos de Necesidad y Urgencia y la eliminación de la facultad del Ejecutivo para reasignar partidas, que quedaron trabadas finalmente en el Senado.
Además, quedaron postergados por las diferencias internas de los bloques no kirchneristas, la retenciones al agro y los cambios a la ley del cheque, que también constituían una de las banderas más importantes del arco opositor.
Pero, el mayor fracaso del arco opositor de los últimos meses se produjo en el Senado el miércoles pasado cuando la cámara alta rechazó los cambios impulsados por ese espacio para modificar el Consejo de la Magistratura, una de las banderas más emblemáticas de la oposición, al igual que la nueva reglamentación de los DNU.
"No nos hemos podido poner de acuerdo y fuimos incapaces de sacar temas en los que, mayoritariamente, estábamos de acuerdo.
Estuvimos tres meses discutiendo cuestiones reglamentarias", se sinceró un diputado de ese mismo espacio.
En un tono crítico, un legislador oficialista evaluó que el arco opositor "terminó mal el año. Al final, el 2010 pasó sin pena ni gloria para ellos: apenas pudieron aprobar un par de cuestiones y mostraron que tienen tantas diferencias que el llamado Grupo A quedó totalmente desintegrado en el último mes. No existe más".
En el Senado, el preciado número de 37 legisladores -necesarios para alcanzar el quórum- sólo se obtuvo en diciembre de 2009 cuando se distribuyeron las presidencias y la integración de las comisiones de la cámara alta.
En esa oportunidad, el arco opositor se quedó con la mayoría en todas las comisiones y avaló que el oficialismo mantenga la presidencia de las más importantes como Asuntos Constitucionales, Presupuesto, Relaciones Exteriores y Defensa de la cámara alta.
A diferencia de Diputados, la oposición del Senado estuvo conformada por el radicalismo, el Peronismo, el Socialismo, la Coalición Cívica y algunos partidos provinciales pero no contó con referentes de centroizquierda que puedan colaborar a la hora de reunir el quórum.
Sin embargo, con el correr del año parlamentario se produjeron algunos cambios en la conformación de los diferentes grupos parlamentarios como el caso de la santafesina Rosana Latorre que se acercó al oficialismo y la formoseña Adriana Bortolozzi de Bogado que hizo el camino inverso.
En Diputados, en tanto, la oposición había logrado su primer triunfo a principios de diciembre cuando alcanzó 144 legisladores y se quedó con la mayoría en las comisiones, en la agitada sesión realizada el 3 de diciembre de 2009.
En torno a la distribución de los cargos, el oficialismo de la cámara baja pudo mantener la presidencia de las comisiones de control como Presupuesto, Juicio Político y Peticiones, Poderes y Reglamento, así como la presidencia y vicepresidencia segunda de la cámara baja.
A comienzos de este período parlamentario, en marzo, el arco opositor tenía todavía fuerza propia y logró reunir quórum propio para declarar nulo el decreto 2010 que creó el Fondo del Bicentenario aunque después de haber fracasado en ese intento en una sesión anterior.
Más adelante, obtuvo un importante triunfo cuando volvió a juntar nuevamente un ajustado quórum para darle media sanción al proyecto opositor para establecer el 82 por ciento móvil y lo envió al Senado para la aprobación definitiva de esa iniciativa, que después debió ser vetada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, y a lo largo del año, se le hizo cada vez más dificil volver a reunir los cerca de 140 legisladores con los que contaba en un principio ese espacio y la fuerza inicial que tuvo el conglomerado opositor se fue diluyendo, ya sea por internas partidarias como por la proximidad de las elecciones del 2011.
Sólo volvió a tener quórum propio, luego de varios intentos fallidos, en octubre pasado, cuando logró sentar nuevamente en el recinto a los legisladores del arco no oficialista para avanzar en un proyecto de la Coalición Cívica que buscaba modificar las deducciones del impuesto a las ganancias pero no pudo mantener a sus diputados sentados a la hora de votar la iniciativa.
Más adelante, la postura de las diferentes fuerzas opositoras frente al debate del Presupuesto 2011 fue clave para profundizar la dispersión del Grupo A, que se dividió entre quienes planteaban la necesidad de no dejar al gobierno sin esa herramienta institucional y aquellos que impulsaban realizar cambios de fondo a la iniciativa.
De hecho, esas diferencias se plasmaron en los dos dictámenes de minoría que se firmaron en el seno de la comisión de Presupuesto, en la que el oficialismo logró imponer el despacho del Poder Ejecutivo, que se trató en el recinto pero que, a instancias de la oposición, no pudo ser aprobado y fue devuelto a comisión.
Las denuncias de Elisa Carrió en pleno recinto sobre un acuerdo entre el radicalismo y el oficialismo para aprobar el Presupuesto 2011, parecieron precipitar la ruptura en el denominado Grupo A, que volvió a reunir un ajustado quórum el miércoles pasado pero sólo pudo avanzar en la reforma del INDEC.
A lo largo del año, sólo obtuvo media sanción en Diputados en otras iniciativas como la reforma de la conformación del Consejo de la Magistratura, la modificación del régimen de Decretos de Necesidad y Urgencia y la eliminación de la facultad del Ejecutivo para reasignar partidas, que quedaron trabadas finalmente en el Senado.
Además, quedaron postergados por las diferencias internas de los bloques no kirchneristas, la retenciones al agro y los cambios a la ley del cheque, que también constituían una de las banderas más importantes del arco opositor.
www.diarioregistrado.com - 281110