Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

101124_Igualdad
Está a la par de Uruguay, Hungría y República Checa. Se registraron progresos en salud, educación y crecimiento económico. Pero advirtieron que el desarrollo humano fue desigual y que subsisten las disparidades regionales.

Por Florencia Halfon-Laksman

La Argentina está reduciendo “sistemáticamente” la desigualdad en el desarrollo humano de su población desde la crisis de 2001. Así lo asegura el nuevo Informe Nacional sobre Desarrollo Humano en Argentina, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La conclusión surge del Índice de Desarrollo Humano sensible a la Desigualdad (IDHD), que evalúa el progreso promedio en salud, educación y crecimiento económico, y agrega el desbalance entre esas tres dimensiones básicas.

Según el informe, la pérdida de desarrollo humano en la Argentina por culpa de la desigualdad disminuyó de 4,4% (2006) a 4% (2009), después de haber subido de 4,7% a 4,9% entre 1996 y 2001. Sin incluir la variable de desigualdad, el índice de desarrollo humano (IDH) argentino mostró una variación positiva del 15% en las últimas cuatro décadas: su valor era de 0,762 en 1970 y ascendió a 0,879 en 2010.

El documento destaca que la trayectoria del desarrollo humano en el país sigue siendo ascendente pero advierte: “De haber tenido un crecimiento promedio moderado, la Argentina podría hoy estar situada entre los países de muy alto desarrollo humano.”

Existe “otra” Argentina, dice el Informe, que “se manifiesta, por ejemplo, en la disparidad económica regional, niveles decrecientes de desigualdad en la distribución del ingreso, pero aún elevados para sus estándares históricos, circuitos educativos y de salud de diferente calidad, y un preocupante crecimiento de la segregación residencial”.

Comparando el desempeño del grupo de países que en 1970 tenía un nivel similar de IDH, ahora la Argentina se ubica en el grupo promedio, a la par de países como Uruguay, Hungría y la República Checa, por debajo del grupo que integran  países como Irlanda, España, Grecia e Israel, y por encima del grupo integrado por Georgia, Lituania y Rusia, entre otros.

En relación a los tres puntos analizados, el informe asegura que la educación logró “avances recientes” y señala que su valor aumentó un 16% entre 1970 y 2010, ya que pasó de 0,826 a 0,955.


En el caso de la salud, en el mismo período, PNUD sostiene que la Argentina pasó de 67 a 76 años de esperanza de vida, aumentando un 22% su índice. Respecto de los ingresos, encontró un reflejo de “impactos profundos y relativamente rápidos”: entre 1970 y 2010, el índice del Producto Bruto Interno per capita creció un 9%.

A nivel provincial, al penalizar la desigualdad en las 24 jurisdicciones del país también existe una reducción porcentual del IDH, aunque en el último período (2006-2009) la desigualdad es menor que en el anterior (1996-2001).

“El desarrollo humano argentino ha sido desigual”, analizan en el documento. Justifican su análisis en “la distribución inequitativa del desarrollo humano entre personas y en las disparidades en el desarrollo humano de las provincias”, aunque también indican que, tanto a nivel nacional como provincial, “la desigualdad tuvo una tendencia decreciente luego de la crisis de 2001–2002”.
El trabajo de PNUD sostiene que, en general, a medida que el desarrollo humano crece, disminuye la desigualdad. Pero también evidencia ciertos patrones regionales: en las provincias del Noreste, los índices de desarrollo humano son más bajos y la desigualdad más alta, mientras que en algunas provincias patagónicas, como Santa Cruz y Tierra del Fuego, y también en la Ciudad de Buenos Aires, a mayor desarrollo humano, menor desigualdad.

En la Ciudad de Buenos Aires, el IDH es de 0,764, ya que la desigualdad en ese distrito bajó el IDH un 2,6%, mejorando la tendencia de 2006. En el caso de Formosa, el IDH es de 0,677, casi un 11% menos que en el ámbito porteño.

http://tiempo.elargentino.com - 241110