Los números que sustentan la nacionalización de la petrolera
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Un spot de la firma hispana que busca atacar al flamante gerente general de la YPF argentina, Miguel Galuccio, refleja en realidad cómo durante la gestión española cayeron abruptamente la producción y las reservas, producto de la desinversión.

Justo cuando España empezaba a presionar fuerte a los organismos internacionales para que respalden su posición de supuesto perjudicado por la ley argentina que decidió expropiar el 51% de las acciones de Repsol en YPF, salió a la luz un spot publicitario de la firma ibérica que confirma cómo en una década las reservas petroleras cayeron de los 30 años a menos de 7,7 años en diciembre del 2010, mientras que la producción pasó, en el mismo período, de más de un millón de barriles a menos de 470 mil por día. Todo esto desnuda la falta de inversiones y mantenimiento en yacimientos maduros. Realizado en 1999 como carta de presentación del ingreso de Repsol al accionariado de YPF, el aviso fue dado a conocer el domingo último por el diario español El País, con ánimo de caerle con dureza al nuevo CEO de la YPF nacional, Miguel Galuccio.
El entrerriano es el protagonista de la publicidad, en la cual se lo destaca como uno de los talentos más importantes de Repsol-YPF, y uno de los pilares de la gestión de los españoles.
Efectivamente, es vox populi que Galuccio trabajó en la YPF privada y hasta la presidenta de la Nación lo contó cuando lo presentó, pero meses después del spot abandonó la compañía para “buscar nuevos horizontes por no coincidir con el modelo del nuevo management” y se fue a la multinacional Schlumberger. Pero el dato de color dejó llamativamente en segundo plano el único hecho fáctico del aviso. “Miguel Galuccio es uno de los tantos argentinos que trabajan para Repsol-YPF, una fusión entre dos grandes empresas que se unen para ser todavía más grandes, una compañía que opera en los cinco continentes, que produce más de un millón de barriles de petróleo por día y con reservas para abastecer de combustible a la Argentina por 30 años”, reza una voz en off contextualizando las imágenes del egresado del ITBA en una plataforma petrolera off shore de Repsol. Los números, en los que pocos han reparado, muestran cómo desde 1999 a la fecha los españoles contribuyeron a desvalorizar la compañía, decayendo notablemente el potencial hidrocarburífero del país.
Repsol apuntaba por entonces que producía más de un millón de barriles de crudo diarios, lo que equivale a 365 millones anuales. En 2010, y según datos de la propia compañía, producían 530 mil barriles diarios (193 millones anuales). Y si nos instalamos en 2011, la última estadística del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) consigna que YPF produjo en ese período unos 470 mil barriles diarios. Es decir, en poco más de diez años, la producción cayó 30%, muy lejos del millón de barriles que ostentaba Repsol.
Según distintos expertos consultados por Tiempo Argentino, esto se debió a varias razones: declinación natural de yacimientos maduros (síntoma que también se vio en países como México, Venezuela y Bolivia); falta de nuevos descubrimientos; y escasas inversiones para recuperar los pozos más añejos. De hecho, en su asunción en la nueva YPF, Galuccio planteó que este último punto y mayor producción de yacimientos no convencionales serían los pilares del plan quinquenal que se presentará en menos de 100 días. La situación de vaciamiento a la que llegó la compañía, con escasa participación del Estado en el control de la operatoria de un privado, se hizo aun más visible en los últimos años. Según cifras de la compañía, la producción de gas y petróleo cayó a razón de 6% promedio anual entre los años 2004 y 2011; a la vez que las reservas comprobadas cayeron a una tasa del 7% anual (en petróleo) y del 11% (en gas), en igual período.
Por otra parte, el spot de Repsol de 1999 no explica de dónde obtuvo el potencial de un millón de barriles de crudo diarios. En la primera parte de los años ’90, bajo la conducción privada de José Estenssoro, YPF pasó de producir unos 450 mil barriles diarios a unos 840 mil barriles diarios en 1998. De hecho, el propio Galuccio también fue una “herencia” de la gestión Estenssoro. Cuando los españoles desembarcaron en 1999 en YPF, el actual CEO de la firma se encontraba en Indonesia, abriendo nuevos mercados para la empresa, una tarea que le había encomendado el padre de la actual senadora de la Coalición Cívica. Galuccio tiene un gran aprecio por Estenssoro y reconoce a su círculo íntimo “que la de él fue una YPF robusta y productiva” y “nunca negó haber participado en la YPF privada”. De hecho, la propia presidenta de la Nación, Cristina Fernández, confirmó su pasado en la privada cuando lo presentó y dijo que “trabajó mientras YPF fue argentina, mientras estaba nacionalizada, aun dentro de la participación del capital privado”.
También es cierto, como consigna El País, que fue tentado para volver a la YPF de la familia Eskenazi en 2009. Según sus allegados, la negativa no partió de una diferencia económica, sino de “un desacuerdo en el plan de largo plazo de la compañía”. Los que están a diario con Galuccio cuentan que nunca se reunió con Eskenazi, sino que el empresario intentó traerlo por medio de un intermediario. “En estas circunstancias, no vuelvo”, le explicó Galuccio al enviado.
En este contexto, el video que apuntaba a desprestigiar a Galuccio, terminó siendo un arma de doble filo, no sólo para Repsol sino para España. La intervención de la compañía, que está cargo de Julio De Vido y Axel Kicillof, está estudiando las cifras plasmadas en el spot en el marco de la pelea que se viene con España por el costo final de las acciones de Repsol que fueron expropiadas. El detalle se sumará al informe de pasivos ambientales que preparan las provincias petroleras, y que impactará con fuerza en la cotización de la compañía.
Este último dato es clave para entender por qué el diario El País, en una nota que acompañó al video, intenta destacar la gestión en hidrocarburos no convencionales de Tomás García Blanco, un ingeniero español que estuvo en la compañía hasta que el Congreso argentino aprobó la ley de expropiación. García Blanco era la mano de derecha de Antonio Gomis, el elegido por el CEO internacional de Repsol, Antonio Brufau, para sostener los intereses de la firma en la Argentina. Hasta el momento de la expropiación, García Blanco era responsable ejecutivo de Exploración, y junto a Gomis (denunciado por vender sus acciones días antes de la expropiación), se encargaron de llevarse toda la información una vez sancionada la norma. En esta nueva etapa, donde el gobierno de Mariano Rajoy estableció medidas comerciales contra la Argentina como represalia, García Blanco se puso a las órdenes de la corona y es el encargado de orquestar las denuncias contra el país en el Banco Mundial. <

La nutrida agenda del CEO

El CEO de la YPF nacional, Miguel Galuccio, tendrá una nutrida agenda esta semana, en la cual visitará las instalaciones de la compañía en Neuquén y en La Plata, provincia de Buenos Aires. Tal como adelantó Tiempo Argentino, luego de haberse reunido el viernes con el gobernador Jorge Sapag, Galuccio visitará a los trabajadores de una de las cuencas más productivas del país, donde además reside el yacimiento Vaca Muerta, el reservorio de gas y crudo no convencionales más importantes del mundo. Además de las oficinas comerciales, el CEO recorrerá la refinería de Plaza Huincul, una de las tres más grandes del país.
Cabe destacar además que Neuquén le había quitado dos áreas a Repsol por falta de inversión (Chihuido de la Salina Sur y Portezuelo Minas), que volverán en los próximos días a la esfera estatal, como parte de la idea de fortalecer la compañía que tienen las provincias petroleras. El reintegro de áreas fue formalizado la semana pasada por Mendoza; mientras que el gobernador chubutense, Martín Buzzi, le confirmó a Galuccio que hará lo propio con los bloques El Trébol-Escalante y Cañadón Perdido-Campamento Central Bella Vista Este. Ayer, según pudo saber Tiempo, Buzzi se reunió con su ministro de Hidrocarburos, Ezequiel Cufré, para analizar los pasos a seguir y los mecanismos legales para devolver las áreas.

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