Subió el índice de arpobación de la expropiación de la petrolera
Hace un mes ya era un altísimo 74 por ciento y ahora una encuesta muestra que subió al 80. La designación de Galuccio ayudó a convencer que una gestión estatal de la empresa puede tener éxito y cumplir objetivos.
Por Raúl Kollmann
Ocho de cada diez argentinos respaldan la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF. Desde que se tomó la decisión y tras el voto en el Congreso, la aprobación subió seis puntos porcentuales, trepando desde ya un altísimo 74 por ciento de hace casi un mes. Y si tomamos las opiniones anteriores al anuncio de CFK, se pasó de un 63 por ciento de apoyo a la nacionalización –en febrero– a un 80 por ciento actual. Seguramente la designación de un técnico reconocido, Miguel Galuccio, ayudó también a consolidar la idea de que el Estado puede manejar exitosamente la empresa. Como es obvio, el acuerdo con la expropiación constituye un respaldo que va mucho más allá de la intención de voto o las opiniones positivas que recoge la Presidenta: revela uno de los mayores consensos de los últimos años. Aún más apoyo tiene la idea de que el petróleo es un recurso estratégico y debe estar en manos del Estado: esa opinión es respaldada por 87 por ciento de los ciudadanos. La nacionalización consolidó la imagen positiva de la Presidenta, que llega al 64 por ciento, subiendo tres puntos y medio desde que anunció la medida.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta realizada en todo el país por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera el sociólogo Roberto Bacman. Se entrevistaron 1173 personas en Capital Federal, los dos cordones del Gran Buenos Aires y 26 ciudades, entre chicas y grandes de los distintos puntos de la Argentina, desde Oberá, Misiones, hasta Puerto Madryn, e incluyendo Córdoba, Rosario, Salta y Tucumán.
“La idea de una YPF nacional tiene gran aceptación popular –señala Bacman–, ha crecido en los últimos meses y se asienta, además, en que existe una percepción de una mala gestión anterior. Por otra parte, hay una posición mayoritaria de que la empresa sea estatal. Más del 63 por ciento de los entrevistados opinó de esta manera, sostenido principalmente en el nuevo pilar del oficialismo: los jóvenes. Ese dato es más significativo si se tiene en cuenta el desarrollo de esa idea. En febrero la preferencia acerca de que la compañía sea estatal apenas superaba el 50 por ciento. Consumada la expropiación, la opinión de que sea estatal trepó entre diez y quince puntos porcentuales, estabilizándose alrededor del 65 por ciento. O sea que los argentinos creen que está bien que se hayan expropiado las acciones y que sea estatal, las dos cosas. La opinión de que, por ejemplo, se transfiera a otras manos privadas, es muy minoritaria, incluso si los capitales fueran nacionales.”
Por supuesto que los ciudadanos reflejan también sus temores. Más de la mitad de los consultados (57 por ciento) dice que está de acuerdo en que “expropiar una empresa privada ahuyenta las inversiones porque cambia las leyes de juego”. O sea que la gente se manifiesta de acuerdo con la expropiación, pese a que manifiesta ese temor. El dato que tiene su importancia es que hace un mes, cuando se anunció la expropiación, quienes manifestaban esa preocupación eran más: 63 por ciento. Muy similar es la afirmación de que la medida tiene como aspecto negativo “que nos enfrenta con España y otros países”. En este terreno, las cosas están ahora más balanceadas: un 46,6 por ciento de los consultados está de acuerdo con esa frase, pero un 43 por ciento no está de acuerdo. Hace un mes, más de la mitad (52 por ciento) tenía esa preocupación. Tal vez el hecho de que las anunciadas medidas contra la Argentina, que hasta el momento no se produjeron, redujo esa mirada pesimista y equilibró las opiniones.
El nuevo titular de YPF, Miguel Galuccio, cuenta con crédito, básicamente por ser un profesional de trayectoria y no hubo ningún cuestionamiento a su designación. Y en la encuesta se pregunta, justamente, sobre la expectativa sobre el manejo de la empresa. “El 72,6 por ciento de los consultados cree que va a funcionar bien –dice Bacman–. Nuevamente los sectores que impulsan esta idea son los jóvenes y la franja de nivel socioeconómico bajo. Pero la evaluación progresiva vendrá de cosas palpables: que las estaciones de servicio estén abastecidas de nafta y gasoil. La autonomía energética, es decir que el país no necesite importar hidrocarburos para abastecer el mercado local, figura como segundo punto.” La decisión de expropiar el 51 por ciento de YPF le permitió a la Presidenta retomar la iniciativa política, tras el bache que se produjo por su enfermedad, la tragedia de Once y las polémicas por el caso Ciccone. Con el anuncio mismo, la imagen positiva de CFK volvió a trepar al 60 por ciento y ahora, transcurrido un mes, con la forma que se llevó adelante el debate parlamentario, la adhesión de fuerzas opositoras y la designación de la nueva conducción de la empresa, la mandataria retuvo aquel porcentaje y –de acuerdo con el CEOP– creció un poco. Debe tenerse en cuenta que una imagen positiva superior al 60 por ciento es muy alta y buena parte de los consultores consideran que le resultará muy difícil a CFK superar esos niveles.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta realizada en todo el país por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera el sociólogo Roberto Bacman. Se entrevistaron 1173 personas en Capital Federal, los dos cordones del Gran Buenos Aires y 26 ciudades, entre chicas y grandes de los distintos puntos de la Argentina, desde Oberá, Misiones, hasta Puerto Madryn, e incluyendo Córdoba, Rosario, Salta y Tucumán.
“La idea de una YPF nacional tiene gran aceptación popular –señala Bacman–, ha crecido en los últimos meses y se asienta, además, en que existe una percepción de una mala gestión anterior. Por otra parte, hay una posición mayoritaria de que la empresa sea estatal. Más del 63 por ciento de los entrevistados opinó de esta manera, sostenido principalmente en el nuevo pilar del oficialismo: los jóvenes. Ese dato es más significativo si se tiene en cuenta el desarrollo de esa idea. En febrero la preferencia acerca de que la compañía sea estatal apenas superaba el 50 por ciento. Consumada la expropiación, la opinión de que sea estatal trepó entre diez y quince puntos porcentuales, estabilizándose alrededor del 65 por ciento. O sea que los argentinos creen que está bien que se hayan expropiado las acciones y que sea estatal, las dos cosas. La opinión de que, por ejemplo, se transfiera a otras manos privadas, es muy minoritaria, incluso si los capitales fueran nacionales.”
Por supuesto que los ciudadanos reflejan también sus temores. Más de la mitad de los consultados (57 por ciento) dice que está de acuerdo en que “expropiar una empresa privada ahuyenta las inversiones porque cambia las leyes de juego”. O sea que la gente se manifiesta de acuerdo con la expropiación, pese a que manifiesta ese temor. El dato que tiene su importancia es que hace un mes, cuando se anunció la expropiación, quienes manifestaban esa preocupación eran más: 63 por ciento. Muy similar es la afirmación de que la medida tiene como aspecto negativo “que nos enfrenta con España y otros países”. En este terreno, las cosas están ahora más balanceadas: un 46,6 por ciento de los consultados está de acuerdo con esa frase, pero un 43 por ciento no está de acuerdo. Hace un mes, más de la mitad (52 por ciento) tenía esa preocupación. Tal vez el hecho de que las anunciadas medidas contra la Argentina, que hasta el momento no se produjeron, redujo esa mirada pesimista y equilibró las opiniones.
El nuevo titular de YPF, Miguel Galuccio, cuenta con crédito, básicamente por ser un profesional de trayectoria y no hubo ningún cuestionamiento a su designación. Y en la encuesta se pregunta, justamente, sobre la expectativa sobre el manejo de la empresa. “El 72,6 por ciento de los consultados cree que va a funcionar bien –dice Bacman–. Nuevamente los sectores que impulsan esta idea son los jóvenes y la franja de nivel socioeconómico bajo. Pero la evaluación progresiva vendrá de cosas palpables: que las estaciones de servicio estén abastecidas de nafta y gasoil. La autonomía energética, es decir que el país no necesite importar hidrocarburos para abastecer el mercado local, figura como segundo punto.” La decisión de expropiar el 51 por ciento de YPF le permitió a la Presidenta retomar la iniciativa política, tras el bache que se produjo por su enfermedad, la tragedia de Once y las polémicas por el caso Ciccone. Con el anuncio mismo, la imagen positiva de CFK volvió a trepar al 60 por ciento y ahora, transcurrido un mes, con la forma que se llevó adelante el debate parlamentario, la adhesión de fuerzas opositoras y la designación de la nueva conducción de la empresa, la mandataria retuvo aquel porcentaje y –de acuerdo con el CEOP– creció un poco. Debe tenerse en cuenta que una imagen positiva superior al 60 por ciento es muy alta y buena parte de los consultores consideran que le resultará muy difícil a CFK superar esos niveles.
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