Investigación

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Los expertos de la AFIP sostienen que detrás del contrabando de productos provenientes de China se esconden organizaciones criminales que lavan dinero de la venta de armas y drogas. Un problema estratégico para el Estado.

Por Juan Diego Britos

Es el delito que no se ve. El que no sale en las tapas de los diarios pero que es mucho más peligroso que un “motochorro” o un “trapito”. Es el lado oscuro de la sociedad de consumo, que se alimenta con productos con altos niveles de toxicidad para el cuerpo humano. Según los especialistas, el mercado de lo “trucho” mueve, a nivel mundial, 600 billones de dólares: un flujo de dinero superior al que produce el narcotráfico. “El caudal de dinero que se genera con el fraude marcario es asombroso y penetra por los sectores de más bajos recursos”, coinciden los investigadores.
En la Argentina, el cambio de paradigma en la investigación de este delito ocurrió en 2004. “En la década del 1990 la concepción era recaudatoria, no importaba controlar los productos que podían afectar la salud de la población. La concepción cambió: la Aduana es controladora, no recaudadora. La llegada de Ricardo Echegaray cambió el horizonte”, detalló un experto de la División Fraude Marcario de la Aduana, que depende de la Admistración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

La fuente, que pidió mantener en reserva su identidad por razones de seguridad, agregó que el cambio de rumbo generó que el monto de mercadería incautada pase de los 2,8 millones de dólares (valor genuino: lo que cuesta la mercadería original en el mercado) de 2006, a los 120 millones de este año.

“La gente se queja del delito pero compra productos que fueron hechos por personas que trabajan en negro y en condiciones laborales precarizadas”, opinó el investigador, frente a una computadora en la que juró pasar 16 horas al día buscando redes que comercializan productos falsos. Además, los voceros revelaron que detrás del fraude marcario, hay redes de trata de personas, narcotráfico, tráfico de armas y esclavitud.


“Esto va más allá del folklore de lo ‘trucho’. Hay una relación estrecha entre estos delitos. No son independientes. No es lo mismo que te enganchen con una ‘tiza’ que con 20 DVD falsos: de alguna forma hay que reinsertar la plata en el mercado. Tienen que blanquear la plata con algo que sea más aceptado socialmente. Es hipócrita el modo de comportarse de las personas. La sociedad en su conjunto acepta lo “trucho” pero no la droga. Entonces, los dueños del negocio blanquean el capital de este modo”, detalló el especialista en la oficina ubicada en el tercer piso del edificio de Azopardo al 300.

LA RUTA ILEGAL


Según las fuentes de la Aduana, el país que mayor cantidad de mercadería falsa exporta hacia la Argentina es la República Popular China: el más grande importador de residuos y desechos tóxicos del mundo.

“Compran los cartuchos de las impresoras y reutilizan la tinta sin el tratamiento adecuado para pintar los juguetes que luego compran las personas para sus hijos”, destacó la fuente consultada por Tiempo Argentino.

Entre otros productos nocivos para el organismo humano están los termos metálicos, que tienen un nivel de mercurio que no puede ser eliminado por el metabolismo. “Los termos afectan el funcionamiento del hígado, de los riñones. Las bombillas lo mismo. Ahora están viniendo joyas de fantasía, con un alto contenido de productos contaminantes”, explicaron los investigadores. Y afirmaron que China exporta tres tipos de productos de diversa calidad: mala, media y buena. A nuestro país la mayoría de los productos que llegan es de mala calidad.

La ruta de la mercadería “trucha” se inicia cuando un importador viaja, compra la mercadería y la remite a la Argentina. La compra suele hacerse en efectivo para evitar controles. Aquí es donde aparece la otra pata de este negocio: las cuevas financieras, oficinas no habilitadas para el egreso de divisas.

Cuando los investigadores detectan la mercadería en el puerto porteño, la responsabilidad sobre el material incautado es del agente de transporte, que es quien trajo la mercadería. Puede darse el caso que el agente sea el titular o que el propietario sea el importador del producto.

El importador es quien tiene el Conocimiento de Embarque, que es el título de propiedad. Dependiendo del monto de la mercadería incautada se determina si es infracción o delito. Hasta 100 mil pesos es infracción, si la cifra es superior se convierte en delito e interviene un Juzgado del fuero Penal Económico. El monto de la mercadería incautada se estima según su valor genuino, el precio que tiene en el mercado.

EL CÓMPLICE “MEDIO PELO”


En el lenguaje popular, la expresión medio pelo refiere a la persona que busca aparentar algo que no es. Para ello adopta una actitud que según él lo asemeja a las clases más pudientes.
“Las mujeres que caminan con las carteras Louis Vouitton, la ropa Versace, los hombres que lucen anteojos Ray Ban, no son sensatos. Todo eso es falso: simulan ser algo que no son –dijo el agente aduanero–, cuando la gente compra mercadería falsificada, legaliza la esclavitud y el trabajo en negro.”

Otro analista de las finanzas del mercado de productos falsos, realizó una lectura de esta economía informal de crecimiento global: “Antes se decía que los que se dedicaban al narcotráfico, sólo hacían eso. Lo mismo los que cometían fraudes. Ahora cambió: todo tiene que ver con todo. Es un átomo con distintos electrones. Los traficantes compran desechos, residuos. Necesitan lavar dinero, producen mercadería trucha y la sociedad la consume”, finalizó el vocero, detrás de un pizarrón con un mapa del tráfico de contenedores.

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