Un mensaje dirigido a sindicalistas y empresarios

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Lo hizo durante la firma de un acuerdo social en el sector petrolero. Cuestionó los cortes de ruta como herramienta de reclamo, pero recordó que la desigualdad es la principal causa de conflictividad que viven los países desarrollados.

La presidenta Cristina Fernández marcó ayer el camino que espera el gobierno en cuanto a  las negociaciones paritarias entre empresarios y trabajadores, al reclamar  “responsabilidad y madurez” en las relaciones de trabajo,  e impulsar un modelo laboral y social que se base en el diálogo como fundamento de cambio.
La presidenta cuestionó los cortes de ruta como herramienta para acordar mejoras salariales, pero a su vez recordó que la conflictividad social que viven algunos países desarrollados es producto de la enorme desigualdad.

Cristina  formuló estas declaraciones durante la firma del Acuerdo Nacional de Promoción del Diálogo Social que sellaron empresarios, sindicatos y provincias petroleras, y que impulsó el ministro de Planificación, Julio De Vido.

El acto se homologó en el Salón de las Mujeres de Casa de Gobierno ante un auditorio colmado por gobernadores, dirigentes sindicales y los principales directivos de las empresas hidrocarburíferas. Cristina señaló este caso como ejemplo de “madurez y seriedad en el trato que tienen que tener las relaciones laborales, económicas y políticas en nuestro país”.

El convenio tiene una decena de  cláusulas  que apuntan fundamentalmente a garantizar el normal desenvolvimiento de la producción de petróleo y de sus derivados.  Por ejemplo, hace referencia a la importancia de que “las relaciones laborales se desarrollen en un marco de paz  social y de ausencia de conflictos”, y pide “herramientas que permitan evitar o resolver las cuestiones controversiales” referidas al encuadramiento gremial. El otro punto culminante del acuerdo es el rechazo a los cortes de ruta “como metodología de protesta”. En este sentido, Cristina repitió: “Hay que aceptar el conflicto, pero el conflicto no puede tomar de rehén a 40 millones de argentinos. Todos tienen derecho al reclamo, pero con responsabilidad.”

El acuerdo ratifica, además, el interés común del mantenimiento de adecuados niveles de producción de hidrocarburos y sus derivados, y el mantenimiento y la recuperación de las reservas. En la homologación del acuerdo, pusieron la firma el ministro de Planificación, Julio De Vido, y su par de Trabajo, Carlos Tomada.
También se sumaron los gobernadores Mario Das Neves (Chubut), Gildo Insfran (Formosa), Luis Alberto Campo (vicegobernador de La Pampa), Jorge Sapag (Neuquén), Miguel Ángel Saiz (Río Negro), Juan Manuel Urtubey (Salta) y Daniel Peralta (Santa Cruz).

Sin embargo, la presidenta también le apuntó implícitamente a los empresarios al  rememorar la crisis socioeconómica que afecta a algunas naciones europeas, como España, Irlanda y Grecia.
“La desigualdad es una de las causas de la conflictividad en los países en desarrollo”, porque “la excesiva rentabilidad no tuvo correlato con la producción de bienes y servicios”, subrayó.
Por parte de los empresarios, los más representantivos que firmaron fueron el vicepresidente Ejecutivo de YPF, Sebastián Eskenazi, y el presidente y socio minoritario de Pan American Energy, Carlos Bul-gheroni.

En tanto, entre los sindicatos que rubricaron el compromiso se encuentran la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles, el Sindicato de Personal Jerárquico y Profesional de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Manuel Arévalo, el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Tierra del Fuego y el Sindicato de Petróleo y Gas Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa.

En su discurso, Cristina subrayó  que el país dio durante los últimos años “un salto cualitativo” en materia de empleo y producción y resaltó el “respeto” que tiene el gobierno con las distintas expresiones sociales y laborales.
“Hay un gobierno que se ha caracterizado por defender el interés de los trabajadores, por eso debemos tener algo de crédito” al momento de buscar impulsar un diálogo social que permita superar los conflictos, remarcó la presidenta.

Además, pidió a los empresarios que “antes que buenos, sean inteligentes, porque el término de buenos o malos es simple”.
“Tenemos que tener una gran inteligencia para profundizar estas líneas, este modelo”, agregó.

En el gobierno están convencidos de que acuerdos sociales de este tipo se pueden replicar en distintos sectores de la economía, y consideran que este es el camino a seguir para reducir la conflictividad.

Incluso ayer Cristina deslizó la posibilidad de que esto se replique en otras áreas de la industria manufacturera.
Sin embargo, en el Ejecutivo también existe clara conciencia de que las discusiones laborales no son un lecho de rosas, porque se ponen en juego intereses económicos y, muchas veces, resulta casi inviable discutir salarios o condiciones de trabajo en un marco ideal y de conflictividad cero.

“Es imposible que no haya conflictos”, porque “el único lugar donde no los hay es en el cementerio”, reconoció la presidenta. En este sentido, Cristina Fernández envió un mensaje claro a los empresarios, al pedirles que “antes que buenos, sean inteligentes”, y prosiguió: “Hay que tener inteligencia para profundizar el modelo.” Sin  dudas, se trató de un claro mensaje para los sindicatos y la patronal, a un par de meses antes de que comiencen a debatirse los aumentos salariales correspondientes a 2011.

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