Opinión

- Hay inseguridad?

- Claro, por supuesto, obvio, más que evidente, más vale, etc.

Todos hemos tenido este diálogo alguna vez con alguien. El problema es cómo sigue:

- Y cómo la solucionarlas?

Las respuestas son variadas.

Está el conocido "hay que matarlos a todos", a.k.a. "mano dura". Siendo nulo el funcionamiento que ha demostrado en el pasado, excepto - obvio - para violar derechos humanos de quienes cometen (por lo que sea) delitos, no voy a detenerme en esta opción.

Después aparece, típicamente, la acusasión a la justicia: "entran por una puerta y salen por la otra". Esto es más atendible, pero es complejo en la situación actual del sistema carcelario argentino, colapsado y desatendido, sobre todo si se trata de cambiar la legislación para mandar a las prisiones a pibes de 14 años, independientemente de lo que hagan. Podríamos hablar de abrirles cárceles para menores, también de los incentivos que generan los atenuantes en la justicia a la hora de cometer crímenes. Ahora bien... Está comprobado que una justicia más estricta genera incentivos diferentes? La respuesta es "no de manera clara". Si bien habría menos criminales en las calles en caso de cumplirse las cadenas perpetuas y las penas importantes, no parece suceder lo mismo en el caso de los robos, por lo que el número no es demasiado significativo (aunque importante cualitativamente por razones obvias).

Aún aceptando que esté claro que hay que mejorar la justicia - no estoy demasiado convencido de la reforma actual, pero de que hay que mejorarla no quedan demasiadas dudas - y que los atenuantes generan dudosos incentivos, preguntaría yo: ¿y si no los agarran? Y en ese punto, claro, empiezan los cuestionamientos a la fuerza policial: no solo se acusa a la policía Bonaerense (y tambiín a la Federal, pero no viene al caso aquí) de ineficiente por contar con recursos escasos y estar mal entrenada, sino que además - y lo que es peor - se la acusa de corrupta y de estar implicada en el crimen organizado. Por otra parte, y definitivamente esta sí es la parte más terrible del argumento, muchas de esas acusasiones sí son ciertas. Basta ver, por ejemplo, los trabajos del diputado provincial y especialista en seguridad Marcelo Saín (Nuevo Encuentro) al respecto. Tampoco, lógicamente, creo que podamos argumentar demasiado a favor de la Policía Metropolitana de la CABA, que ha resultado ser más una guardia urbana con capacidad represiva que una verdadera policía distrital.

En este contexto, aparente laberinto sin salida, los hechos de inseguridad siguen sucediendo, y la gente sigue manifestándose en el centro más cercano de poder político: la municipalidad. Aún sabiendo que la seguridad es competencia de la provincia, la gente pide - y con razón, porque las soluciones son necesarias independientemente de quién las implemente - que el gobierno municipal "haga algo" para frenar el delito.

Y el gobierno municipal actúa: la policía municipal es un proyecto que ya se está trabajando. En este sentido, es necesario destacar el hecho de que se haya llamado a consulta popular. Desde la comuna no solo se han tomado cartas en el asunto, sino que además se consulta a los vecinos respecto de la conveniencia o no del rumbo elegido. No sí hace cuánto tiempo que una decisión tan relevante para el conjunto de los ciudadanos, y que podía no ser refrendada, lo fue, pero me gratifica enormemente.

Por otro lado, un problema desde un comienzo fue pensar en su financiamiento. Un aumento del 16% a los contribuyentes no parece excesivo (si uno paga $100 por bimestre pagar? $16 más, etc.), sobre todo teniendo en cuenta que habrá exenciones para jubilados y personas sin capacidad contributivas y que el grueso de la financiación sería cubierto por las tabacaleras, los bancos, las compañías de seguros y las financieras, para quienes el aumento sería del 100%.

En este sentido, uno supondría que las personas con las que conversó imaginariamente al comienzo del texto deberían estar contentas: el Estado (porque en realidad es una política de Estado, no de un gobierno solamente) municipal ha tomado cartas en el asunto de la inseguridad de manera activa. Lamentablemente, eso no en todos los casos es así: se escuchan argumentos sobre la inconstitucionalidad del proyecto (lo cual no consta, a esta altura) o sobre lo desmedido (ya desmentido) del aumento de las tasas.

Eso lleva a pensar hasta qué punto uno está comprometido con su comunidad: ¿no queremos pagar $16 bimestrales más para ser la primera ciudad del país con policía propia, conciente de la realidad de nuestra comuna? ¿Le pedimos al gobierno municipal que intervenga, pero solo para "mejorar lo existente? Inclusive, he leído que no se sabe "quién se va a hacer cargo de los casos de gatillo fácil de la policía municipal".

Espero que sepan, los opinólogos que hablan cómodamente y sin miedo a la contradicción flagrante - "el Estado municipal debe hacer algo, pero no por s?? mismo, sino para mejorar lo existente"- que no todas las fuerzas de seguridad deben ser lo mismo: esas fuerzas tiene una dirección política, y tener una con una dirección política centrada en Mar del Plata es la forma que tiene el gobierno municipal de estar en el tema. Y la celebro.

Como Gerardo Cirese (concejal de Acción Marplatense) dijo esta semana, "trabajar no es pedirle a otros que trabajen". Trabajar es hacerse cargo de los problemas. Y yo voto en consecuencia.

Para pensar.

Abrazo.

Matu Tarillo

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